El revocatorio, dos años atrás

Opinión
Manuel Felipe Sierra
El Nacional


El revocatorio, dos años atrás

Hoy se cumplen dos años del referéndum revocatorio presidencial. Un hecho que influye demasiado en la situación actual del régimen y el comportamiento de los sectores opositores.
El oficialismo, desde un año antes, comenzó a crear las condiciones, mediante normas, decisiones judiciales y resoluciones del Consejo Nacional Electoral, que terminaron con la manipulación tecnológica de los resultados que ratificaron a Hugo Chávez en el poder en el histórico "madrugonazo" del 16 de agosto.

La Coordinadora Democrática, que expresaba la oposición en todos sus matices, actuó con una increíble ingenuidad ante lo que era previsible: el remate de la trampa fraudulenta construida durante varios meses. A partir de entonces, el proyecto chavista dio un salto en el tiempo.

Las elecciones de gobernadores y alcaldes que se celebraron en octubre desalojaron a la mayoría de los representantes de la oposición. Curiosamente, las cifras dadas por el CNE coincidieron exactamente con el estudio que presentara días antes el abogado Tulio Álvarez.

Chávez tuvo durante varios meses el horizonte despejado. Acentuó la militarización de la sociedad; se aprobó la ley mordaza y la reforma del Código Penal; se consagró el apartheid civil mediante la aplicación de las listas Tascón y Maisanta; se aplicó la represión selectiva de los opositores; se for malizó el maridaje con Fidel Castro y se impulsó la estrategia exportadora del socialismo del siglo XXI.

La oposición se redujo a pocas organizaciones que persistieron en las movilizaciones de calle. Ya no existía el apoyo de gobernaciones y alcaldías y el elector opositor resentía el trauma del revocatorio. Durante unos meses, el Comité de Defensa de los Presos Políticos, Alianza Bravo Pueblo, Alianza Popular, Vive, Gente del Petróleo, Mujeres por la Libertad, Movimiento Elecciones Limpias y las asambleas de ciudadanos asumieron sin desmayo la lucha contra la propuesta autocrática.

Las elecciones de concejos municipales y juntas parroquiales de agosto de 2005 fueron empañadas por la abstención. El CNE se vio en la necesidad de inflar la partici pación con una insólita cantidad de votos nulos. Ya lo que ocurrió el 4 de diciembre de ese año no tenía porqué causar asombro. 83% de los electores ejerció ese día el derecho constitucional de no votar.

Ocurrió un aplastante rechazo al sistema electoral, ya definitivamente viciado, y al proyecto chavista. ¿Es que acaso en esa ocasión no se activaron los votos amarrados de las misiones y Chávez se convirtió en jefe de campaña de sus candidatos a la Asamblea Nacional? Tres días antes de la consulta, los partidos que habían inscrito candidatos se vieron obligados a retirarlos ante la presión de sus bases y la constatación de un clima de opinión a favor de no votar.

Ahora se ventila el tema comicial ante la elección presidencial del 3 de diciembre. La idea de las prima rias de Súmate dio paso a un acuerdo entre varios candidatos para la postulación de Manuel Rosales. No valorar y derivar enseñanzas de lo ocurrido en 2004 y 2005, más que una irresponsabilidad, sería una traición a las esperanzas de la sociedad democrática.