Friday, September 15, 2006

La inflación, ¡estúpido!

Opinión
Maxim Ross
El Universal


TODOS DEBEN RECORDAR aquella frase que marcó la campaña de Clinton en su segunda elección, cuando sus asesores le vendieron aquello de "La economía, estúpido" y lo focalizaron en el tema contra la languideciente actividad económica de la época del primer Bush.

Así como allá hay un tema de campaña, aquí hay uno que va a hacerle explotar las Misiones y los Barrio Adentro al Gobierno que es el de la inflación, pero con el problema de que ni la entienden, la atribuyen a factores que no son, la tratan superficialmente y no se dan cuenta que allí está su más mortal enemigo.

Están entrampados, además, en un esquema ideológico y funcional que no les permite resolver el problema en su raíz. El candidato de la oposición debería enfilar todas sus baterías contra esta enfermedad clásica de los modelos fiscalistas y estatizantes.

En primer lugar, para entender el fenómeno y el grave lío en que está metido el neosocialismo bolivariano hay que saber, primero, que hubo una promesa, repetida ya varias veces por "el líder" y varios de sus ministros de que este año sí iban a llegar a un solo dígito y no van a poder cumplir. Anote candidato: ni los 10 millones, ni un solo dígito.

Habría que evaluar esa inflación incontrolable, la más alta de América Latina que va a rebasar la predicción gubernamental y llegará de 15 a 17% en el con texto de:

1o. Controles sobre todo: Precios, salarios, dólar e intereses.

2o. Alimentos subsidiados vía Mercal.

3o. Imparable gasto público corriente, al alza por elecciones.

Como he dicho en otros momentos, lleva la entraña de su propia destrucción, pues el dilema es "para más votos más gasto y a más gasto más inflación y... menos votos".

Lo más gracioso de los recién llegados al socialismo es que practican lo que tanto critican, pues sus políticas antiinflacionarias revelan herramientas del más puro monetarismo siguiendo los consejos de Milton Friedman, padre del neoliberalismo, quien demostraba que "la inflación es un fenómeno monetario", diría "demasiado dinero persiguiendo pocos bienes", problema de fondo de la inflación venezolana y que no se combate buscando "especuladores", controlando precios, drenando liquidez y reduciendo el IVA. Algo más hay que hacer, pero se sale del esquema socialista.

Quizás por eso, en esta interesante y crucial campaña política el tema se convierta en el centro de la batalla electoral y veamos un desaforado gasto con más costo de la vida. Alguien podrá decir, entonces, "La inflación, ¡estúpido!"