Sunday, September 17, 2006

"Espionando" el "quiquirigüiki"

Marta Colomina
El Universal


SOLO CON VER la reducida asistencia carreteada por los 1.006 autobuses venidos del interior del país cuyos pasajeros fueron depositados en las primeras cuadras de la avenida Bolívar para simular que escuchaban la arenga del cada vez más ausente viajero y sobre todo ver sus caras de aburrimiento y desánimo ante el discurso mil veces oído, en el cual les habla de su amor por Fidel, y de cómo la revolución se apresta para repeler al diablo Bush (con las sofisticadas armas en las que ha gastado más de 24 billones mientras crecen la pobreza, las enfermedades endémicas, el desempleo y la criminalidad) nos damos cuenta de que el amor popular se gastó sin siquiera usarlo.

Porque el pueblo chavista ha estado esperando siete largos años para que el viajero les cumpla algunas de sus promesas, como tener una vivienda, buenos hospitales o un empleo fijo y, sobre todo, que su vida no dependa del malandraje que ha invadido el país bajo la mirada cómplice de un gobierno más interesado en asaltar el patrimonio público, que en atender las justas demandas colectivas.

Ultimamente Chávez ni siquiera disimula su falta de interés por "el soberano", palabra que ha desaparecido de su cada vez más degradado léxico. Cuando en sus fracasadas giras cualquier ciudadano formula desesperadamente un reclamo sobre promesas incumplidas que se han convertido en necesidades acuciantes para él, Chávez le replica amenazante, demostrando así que no le importan los problemas ni el dolor de la gente, a diferencia de la solidaridad que expresa por la enfermedad de Fidel.

En la escasa concentración de la avenida Bolívar (donde a las 4 y 30 pm apenas había unas 70 mil personas, cantidad que se redujo a 20 mil cerca de las 6 pm, hasta quedarse hablando a 8 mil franelas rojas) Chávez dedicó su tiempo a ordenarles su conversión en "pelotones" y "batallones", algo así como carne de cañón electoral.

A pesar de las cifras edulcoradas que le entregan a Chávez algunas encuestadoras que prefieren los petrodólares a la verdad estadística, lo cierto es que el parlanchín barinés está perdiendo aceleradamente el apoyo popular, hasta el punto de que ya no puede visitar los barrios a pecho abierto, como sí está haciendo Rosales.

Los encuestadores que están trabajando seriamente desde hace tiempo con "focus group", es decir, grupos plurales seleccionados aleatoriamente en los barrios e integrados por ciudadanos de tendencias oficialistas y opositoras, están registrando opiniones demoledoras en contra del comandante. Mientras en el renglón de logros del Gobierno los participantes solo mencionan las misiones (de las que luego citan numerosos defectos explicados por sus beneficiarios, para concluir que "no resuelven") en el de los fracasos, la lista alcanza una media de 50 problemas.

Dicen que Chávez no ha hecho nada en materia de empleo, seguridad, salud y lucha contra la pobreza, que regala fuera lo que nos pertenece, que su gobierno es el más corrupto de la historia, que ha provocado la división y el odio entre los venezolanos, que solo se ocupa de viajar, comprar armas e instigar a la guerra y al enfrentamiento con los demás y presten mucha atención a este reclamo mayoritariamente detestan el control del que se sienten víctimas. Dicen ser "espiados" en su entorno, que tienen que ponerse obligadamente la franela roja, que les amenazan con quitarles lo que reciben de las misiones si no asisten a las marchas, etc. ...En síntesis, están hartos de lo que califican de "chantaje" y dicen sentirse víctimas del Gobierno.

No exageran los chavistas cuando se quejan de sentirse espiados por el régimen porque titulares como el siguiente lo comprueban: "Comando Miranda fiscalizará trabajo de maquinaria chavista para evitar el quiquirigüiki". En el texto, el sector sindical, por boca de Francisco Torrealba, informa que "han programado 180 asambleas y en previsión de que no se concreten vigilará a los responsables (...) que están obligados a consignar periódicamente un reporte con fotos, videos y una lista de asistentes".

Añade el declarante que "la lupa bolivariana" (eufemismo que ya hubiera querido para sí la desaparecida Gestapo) recorrerá esta semana los estados Barinas y Portuguesa y que "el Comando Miranda inspeccionará a los trabajadores para verificar si están realizando las asambleas en las empresas". (¡Que viva la productividad!).

El clímax serán "las llamadas al azar que efectúe el candidato Hugo Chávez y mediante las inspecciones in situ a las regiones. Chávez tiene la lista de los batallones y pelotones que incluye sus teléfonos, celulares y dirección de domicilio, a quienes prometió vigilarlos". (¡Que viva la libertad revolucionaria!). El sindicalista Francisco Torrealba refuerza la declaración de su comandante con la solidaridad de clase que identifica a este régimen represivo y decadente: "Así veremos si nos están haciendo quiquirigüiki".

PD: En la avenida Bolívar Chávez pretendió burlarse del candidato opositor por, según él, "no saber hablar". La cronista propone al orador barinés que le envíe a Rosales un glosa rio de términos del léxico presidencial, que podrían comenzar por el verbo "adquErir" y el gerundio "espionando".