Monday, August 28, 2006

El "barreteo" y la campaña electoral

Una opinión libre
Isa Dobles
El Mundo

Habrá que finalmente agradecerle a Juan Barreto su actuación contra los alcaldes, como bien aseguraba Teodoro Petkoff en televisión, porque ha provocado una reacción tan determinante en los venezolanos que nos hubiera costado mucho tiempo lograrlo y además de manera tan intensa.

Y es que este hombre fofo, asqueroso y extraño demostró sin mezquindades lo que es la mediocridad perversa de este gobierno. Aquí, la presión ejercida desde todas las instancias no pudo controlar el soez desenfreno.

Y todo el país reconoció horrorizado la diferencia entre lo que está obligado a vivir y lo que quisiera vivir. Aquí, con este "barreteo", desde el protagonista pasando por el Fiscal y cualquier otro funcionario "revolucionario", estamos viendo cada día lo que nunca permitimos a nuestros hijos y nietos, todo, todo lo bochornoso y avergonzante.

Están como si se les acabara ya "el pan de piquito" y se lo quieren comer todo de una vez. Atragantados. No hay control ni límite. Por allí está "navegando" una información y que de un "amigo" de él que dice que entre sus "alias" tiene una por la que lo llaman "bebé".

Y cuando lo estaba leyendo me preguntaba... y es que ¿este hombre fue alguna vez "un bebé querido", oliendo a pureza y a limpio, apurruñadito por alguien que esperaba que fuera un hombre de bien, un ciudadano ejemplar?

¿Qué "atenuante" podría darse a esta figura que avergonzó así al país para de alguna forma justificar ese abuso de medios y poder para insultar, ofender, ensuciar así un cargo de elección popular y cachetear así al pueblo venezolano que espera más de quienes elijen? ¿Puede un hombre cargar sobre sí tanta asquerosidad como lo que vimos? Y se cuenta de él que dice ser inocente de todo.

Barreto es la cara de un gobierno. Desfachatada y vulgar. Nos volvió a enseñar lo que vamos a ver en esta campaña, porque no sólo lo hizo en el Teresa Carreño (qué lastima como se manosea este centro, por cierto) sino que lo repitió otra vez después que se reunió con el cogollo chavista. Con la misma vulgaridad y el mismo cinismo.

Lo que quiere decir que le dieron una palmadita y les pareció gracioso, porque se hace muy difícil creer que no hay autoridad para meter en cintura al "bebé".

Después fue a festejar en el "mejor programa de la TV", como afirmara el teniente coronel al referirse a La Hojilla, un programa mandadito a hacer para Barreto, que por cierto desmiente todas las declaraciones del gobierno cuando habla de los medios y sus exigencias, por "altura" y respeto.

¿Miedo? ¿Ya? ¿Por qué no? Este pueblo en su gran mayoría es bueno, le gusta quererse entre sí. Los que aplaudían los insultos y agredían son los mismos que se encapuchaban y tiraban piedras. Menos. Pero allí están.

Mientras más suba Rosales en las encuestas más insultarán los mediocres poderosos, porque están más asustados. Pregúntese usted que se horrorizó con lo que vio y oyó de Barreto.

¿Qué hará este hombre sin poder? ¿Dónde se va a meter quien atropella así los principios con tanta cobardía? ¿Por qué calles va a caminar con el riesgo de encontrarse frente a frente con un Leopoldo López o un Henrique Capriles Radonski, sin escoltas, sin gorilones armados?

La ofensa no fue solo a los otros alcaldes, fue a la Venezuela decente. Y somos muchos. Caminar impunemente por Venezuela ofendiéndola así no es fácil.