Wednesday, August 30, 2006

Otro Barretazo

Editorial
Tal Cual

Hasta nuevo aviso y mientras no veamos el decreto de expropiación del Country Club y del Valle Arriba firmado o convalidado por Hugo Chávez hemos de considerar el de Juan Barreto como una bufonada más de ese alcalde incompetente, que quiere tapar con ella las barrabasadas que, en dos ocasiones, perpetró la semana pasada, con el diluvio de insultos e improperios que volcó sobre los alcaldes de Chacao y Baruta, así como sobre la clase media en general.

Y tapar también, por supuesto, con demagogia, su gigantesco fracaso como alcalde.

Además, es tan obvio el carácter retaliativo de la medida contra los dos alcaldes que los clubs expropiados están situados precisamente en los municipios que ellos regentan.

En cambio, puede suponerse que La Lagunita se salvó porque seguramente muchos de los nuevos ricachones que ha producido la megacorrupción del chavismo ya han construido o comprado lujosas y carísimas propiedades en ese sector. “Con mis campos de golf no te metas”, deben haberle advertido al Gran Expropiador.

Más allá de que el decreto no cumple con ninguna de las normas establecidas en la Ley de Expropiaciones, este no es el terreno de esta discusión.

Este es un asunto claramente político y el alcalde metropolitano, con su acostumbrada irresponsabilidad y falta de sindéresis, ha actuado sin medir las consecuencias sociales y políticas –amén de las económicas– de su acto, que en su delirio megalomaníaco debe considerar algo comparable a la toma del Palacio de Invierno en el San Petersburgo de 1917.

Si esto no es rectificado, es obvio que en medio de la campaña electoral este arrebatón no puede sino conducir a un incremento brutal de la tensión política y quien sabe a qué clase de confrontaciones absolutamente indeseables.

Es más, en el propio mundo chavista esto no pasa liso, máxime si se tiene en cuenta que ayer Barreto fue sometido al tribunal disciplinario del MVR, para que responda por sus grotescos discursos de la semana pasada.

Es evidente que la medida expropiatoria no está dirigida a enfrentar el déficit de viviendas. De hecho no existe ningún estudio previo –como ordena la Ley de Expropiaciones– sobre la utilidad por causa pública de esos terrenos.

Es simplemente un ataque político a las alcaldías de Baruta y Chacao.

Pero hay algo más.

Barreto pertenece a un sector talibánico del chavismo, completamente contrario a la existencia de un clima político menos crispado y violento.

Todas sus actuaciones están dirigidas a alimentar reacciones de igual signo en ciertos sectores de la oposición. De hecho, esta “expropiación” constituye una provocación, un trapo rojo.

Una campaña electoral normal, pacífica, no conviene a los talibanes. Necesitan la atmósfera de violencia y confrontación. Es en ella donde creen que pueden detener el lento pero sostenido deshilachamiento de la popularidad de su candidato.

Pero su objetivo no es solamente provocar a la oposición.

También la flecha está dirigida –y tal vez prioritariamente– hacia aquellos sectores del chavismo que han rechazado públicamente toda identificación con el comunismo y han garantizado la defensa de la propiedad privada.

Remember Ojo de Agua.