Monday, August 28, 2006

Sobre la situación...

Al Tanto
María Isabel Párraga
El Universal

Tal vez la decencia sea una virtud muy "pequeñoburguesa" para quien cree que la clase media está "podrida y embrutecida".

Una cosa accesoria, fastidiosamente tradicional, poco revolucionaria, pues... Algo tediosamente convencional que no cuadra con el modelo de "hombre nuevo" que pretende fabricarse, paradójicamente, a punta de real parejo.

Porque, ¿cómo puede llamarse a esa nueva clase de ricos riquísimos, que lidera la compra de propiedades, yates y aviones en el plástico corazón del sur de la Florida, según los trabajos periodísticos publicados de los últimos días? ¿Es eso parte de la "nueva moral revolucionaria"?

Eso es tan decadente como la caída de los gobiernos, de los sistemas y hasta de los imperios que tienen la doble moral como norma.

Nadie aguanta tanta basura y menos aún los sempiternos usados y luego inexorablemente olvidados.

La indecencia no sólo "se sale" por la boca, sino se observa en la desidia, en la suciedad y en la profunda falta de respeto a esas grandes mayorías que no se merecen tanta ofensa de "palabra, obra y omisión".

Y no es sólo por los alcaldes, tampoco por esa clase media que tanto le molesta al agresor, es que ningún ciudadano, desde el más humilde, hasta el más adinerado (con fortuna bien habida el que la tenga) debiera soportar una autori dad que destila tanto resentimiento.

Somos un pueblo que, afortunadamente, no sabe odiar y ojalá nunca se asuma ese antivalor como parte del nuevo credo revolucionario.

Menos aún esa peligrosísima invocación del estalinismo como la terapia a aplicar no sólo en el "trasero" (sinónimo de la palabrota usada), sino básicamente en la "existencia" de quienes nos negamos a aceptar el pensamiento único como antagonismo de lo que nos está dado por naturaleza humana.

Contra el fascismo y contra el estalinismo la receta ha sido, es y será siempre la misma: libertad...

Ahora, ¿por qué la agresión? ¿Es un espectáculo unipersonal o una creación colectiva (tal vez sobreactuada) salida del taller de montajes de la sala situacional?

Y es que el final de la obra no está siendo el que esperaban. A estas alturas creían que la oposición iba a estar dispersa, con candidatos poco atractivos y con la abstención como común denominador de quienes no comulgan con lo que está sucediendo.

Esto de un candidato único recorriendo el país, llegando a sitios donde hacía años que no eran pisados por ningún dirigente, hablando sencillo y directo, movilizando, organizando y, básicamente, dando esperanzas, no era parte del guión.

Y, de paso, el hasta ahora actor principal de la obra, fastidiadísimo del mismo teatro y del público que ya no le aplaude, le da por Broadway y tener a Nueva York y la ONU como norte.

¿Cómo hacemos? Hay que escandalizar... Que lo de la valija diplomática y la performance del fiscal y del ministro tampoco parecen gratuitos...

Al Divo ahora cuando le queda gira y chequera, al "otro" rutas hacia la Venezuela olvidada y gente que convencer... Entre esos dos caminos opuestos pareciera que sólo estamos asistiendo al principio de una función en la que cualquier cosa puede pasar... A la luz de lo sucedido la semana que recién concluye...